MANDATOS, IMPULSORES, GUION DE VIDA Y PERMISOS
Desde que
somos concebidos y se va desarrollando nuestro cerebro, vamos desarrollando
también nuestro sistema neurológico en base a asimilar los estímulos que
percibimos del entorno e integrar nuestras respuestas emocionales a los mismos.
A partir de cuándo nacemos, nuestra mente empieza a construir un mapa de
reacciones frente a estímulos del entorno, ya con mamá y papá interactuando
físicamente con nosotros y, sobre todo, teniendo que expresar nuestras
necesidades para que sean satisfechas, a través del llanto inicialmente, luego
incorporando expresiones corporales y, más tarde, el lenguaje.
Eric Berne, Psiquiatra Canadiense que desarrolló el Análisis Transaccional, el guion de vida es "un plan preconsciente de vida basado en una decisión propia tomada en la infancia bajo la influencia del entorno (padres, familia, escuela, cultura) y reforzado por el mismo entorno, justificado posteriormente por medio de experiencias significativas y que culmina en una alternativa elegida."
A los pocos años de edad, ya hemos construido una idea de cómo tenemos que responder a los estímulos de nuestros padres, para poder "sobrevivir", normalmente adaptándonos a lo que ellos nos dicen. A partir de ello, proyectamos una manera de existir frente a la vida en el futuro. Alrededor de los cuatro años, ya hemos decidido los puntos básicos sobre cómo va a ser nuestra vida. En torno a los 7 años, ya hemos completado los principales detalles de esa visión y, hacia los 12 años, vamos añadiendo retoques. En la adolescencia, hacemos una última actualización de esa visión en los aspectos más significativos de nuestra vida futura. Así es como hemos construido nuestro guion de vida, sin que seamos conscientes de ello.
El guion de vida es un conjunto de decisiones, que subyacen en el subconsciente, sobre quiénes somos, qué vamos a hacer en nuestra vida, cómo nos vamos a sentir y cómo vamos a actuar ante determinadas situaciones. Es así como este guion, operando desde el subconsciente, rige nuestra vida, aunque fue elaborado fundamentalmente en nuestra primera infancia y probablemente no se ajuste a nuestra realidad en la vida adulta y nos esté limitando nuestra experiencia de vida.
Cuando tenemos objetivos y no hacemos más que fracasar sistemáticamente, o cuando nos boicoteamos la vida sin que podamos cambiar ni nuestros pensamientos ni nuestros comportamientos que no se ajustan a lo que queremos, probablemente estemos siguiendo nuestro guion de vida elaborado cuando éramos niños.
El objetivo es identificar ese guion, traerlo a la mente consciente y trabajar (en Terapia) para salirse de él, recuperar nuestra autonomía y vivir nuestra vida siendo capaces de desplegar todo nuestro potencial, sin estar limitados a los condicionamientos que nos autodefinimos en nuestro guion. Tomar conciencia del guion es el primer paso para salir de él.
¿Cómo se forma el guion de vida?
El niño recibe unos mensajes de sus figuras de apego (normalmente de sus padres), que le indican lo que se espera de él en cada momento. Estos mensajes son verbales y no verbales, siendo los no verbales, los más potentes para la formación del guion. Son mensajes de aprobación o desaprobación, a través de actitudes, gestos, muecas, sonrisas. El niño (bebé), instintivamente busca la aprobación, la aceptación y el amor incondicional de sus padres o figuras de apego. Se agregan a esto, las experiencias vividas que le indican lo que él puede esperar, todo lo cual genera en él unos sentimientos, que tendrá permitido sentir o no.
Con esas experiencias con los padres y con el
entorno, el niño toma una decisión sobre sí mismo, sobre los demás y sobre lo
que hará. La decisión da lugar a unas creencias en el niño sobre lo que él es:
cariñoso, bueno, malo, tonto, listo, atractivo, astuto, capaz o incapaz de sentir
afecto, etc. Estas creencias también las creará en relación a los demás (cómo
son los demás) y al mundo.
Ya en nuestra primera infancia, la
combinación de lo que creemos que somos, junto con lo que
pensamos de los demás, genera una Posición Existencial de nosotros frente al
entorno y a la vida, y de los demás, que se vincula a la decisión del guion. La
Posición Existencial se desarrolla a partir de sentir que somos queribles y
dignos del amor de nuestros padres, es decir, que "somos OK", o bien, en el
otro extremo, que ese amor está condicionado a que seamos de una manera determinada,
es decir, que como somos realmente, "NO somos OK". A su vez, cuando vemos que los demás son
"buenos" con nosotros, desarrollamos la posición existencial de que "los demás
son OK", o por el contrario, si determinamos que los demás "NO son buenos" con
nosotros, podremos desarrollar la posición existencial para los demás como "Tú
no eres OK".
Esta visión de nosotros mismos y de los demás, marcará la
manera en que vivimos en el mundo. Nos comportaremos de manera coherente con
nuestra creencia, de modo que la iremos reforzando, lo que a su vez potencia
que ese comportamiento se repita. Es así como vivimos siguiendo nuestro guion
de vida, porque es la manera que en su día entendimos que debíamos vivir la
vida ya que nos daba "seguridad", porque era un patrón conocido, aunque no
fuese algo del todo bueno para nosotros.
Mandatos
Los mandatos son aquellos mensajes limitadores que recibimos de nuestros
padres:
- No seas (no existas, no cuentes, no vivas, no atiendas tus necesidades...).
- No seas Tú (no seas de tu género, no seas como eres, sé cómo...).
- No seas niño/a (no disfrutes, no te diviertas, …).
- No crezcas (no me dejes, no seas sexy, no cambies, ...).
- No lo hagas (no lo logres; aunque te esfuerces mucho, eso no se va a arreglar; de todas formas, nunca llegarás ...).
- No (No hagas nada)
- No seas importante (no triunfes, no destaques, no satisfagas tus deseos, ...).
- No te acerques (ni física ni emocionalmente, no confíes, ...).
- No pertenezcas (no seas como los demás, no seas de los nuestros, ...).
- No estés bien (no seas sano, no estés contento, ...).
- No pienses (no pienses en X [sexo, dinero, el futuro, ...], no pienses lo que tú piensas, piensa lo que yo pienso, no reflexiones, no preveas, no recuerdes, ...).
- No sientas (no sientas X [rabia, miedo, pena, excitación, curiosidad, alegría, ...], no muestres lo que sientes, aunque lo sientas, no sientas lo que tú sientes, siente lo que yo siento).
Los mandatos son complementados por otro tipo de mensajes, denominados contramandatos y, que generan comportamientos que favorecen la ejecución del guion. Estos son, los impulsores:
- Complace
- Sé Perfecto
- Aguanta o Sé Fuerte
- Esfuérzate
- Date Prisa
La dinámica sería entonces, por ejemplo, "No seas tú (sé cómo yo/padre quiero que seas"), que va a ser sostenido, reforzado o impulsado por un "Complace", y/o "Sé Fuerte" y/o "Esfuérzate", o un "Sé Perfecto" (para mi/padre).
Es así como, a partir de cómo hemos interpretado y decidido cómo sobrevivir en nuestra infancia, nos pasamos el resto de la vida complaciendo a los demás, o intentando ser perfectos, fracasando, deprimiéndonos o incluso enfermándonos, para ser tenidos en cuenta y justificar nuestro guion. Y todo esto en contra de nosotros mismos, auto-limitándonos o incluso dañándonos a nosotros mismos.
Permisos
Los permisos son los mensajes que
necesitamos integrar para abandonar el guion y desarrollar nuestra autonomía.
Son permisos que desmontan los mandatos e impulsores. Por ejemplo, darse
permiso para no ser perfecto, darse permiso para no ser fuerte, darse permiso
para sentirse vulnerable, etc. Es darse permiso para dejar de "obedecer"
nuestro guion y comenzar a salirnos de él para recuperar nuestra autonomía, la
cual se ve representada por una mayor consciencia, espontaneidad, autenticidad
en las relaciones y en nuestra ética (pensamiento propio sobre aspectos de la vida).
Los permisos hay que
trabajarlos a un nivel emocional profundo, lo cual haremos con nuestro Terapeuta
y, según vayamos teniendo más consciencia de nuestro guion y desmontándolo
paulatinamente, podremos ir "permitiéndonos" no seguir las pautas de nuestro
propio guion (impulsores y mandatos).